En general ha sido un año fresco y lluvioso. Comenzó con una brotación muy temprana y las numerosas lluvias de primavera provocaron una gran presión de enfermedades fúngicas (sobre todo mildiu) que marcaron considerablemente la cosecha. A todo ello se sumaron las complicaciones derivadas de la aparición de la COVID-19. Por ello podemos calificar el año de "histórico". Tas un cálido verano, las temperaturas moderadas del mes de septiembre marcaron un carácter muy equilibrado en los mostos, con grado alcohólico contenido, gran intensidad aromática y excelente frescura. Una añada con un alto nivel de sanidad.